
Jose Manuel Puertas. Comunicando baloncesto – Episodio 26
Si Navarro hubiera sido empleado de Correos no pasaría nada. No le puedes decir lo mismo a Antetokounmpo. Con el sesgo de supervivencia todos somos dios y nadie lleva razón. Hay tantos estudios de caso único como personas tocando los cojones en Twitter. Pero si Giannis no hubiera llegado a nada tampoco hablaríamos del esfuerzo como condición suficiente, solo un caso más. ¿Navarro se esforzaba al máximo? No lo sabemos. ¿Su calidad era consecuencia del famoso talento? Pues tampoco.
El fin no justifica los medios. Que los Miami Heat paguen el precio de un régimen dictatorial no justifica nada. Solamente nos hace olvidar a todos los que se quedan por el camino. La saliencia de la información sesga la realidad y si no que se lo digan a los jugadores del Madrid.
Siempre hay ventajas competitivas, ¿pero de qué sirve un escenario sin rivales? ¿Te pegarías contigo mismos? Quizá esa sea la batalla que más lentamente te mata. Ahora todo el mundo coge un micro, se abre un podcast y ‘está comunicando’. Eres anti frágil si al final del día te la suda. ¿O crees que Navarro se quejaba de que la gente le sacara kilos y centímetros? No, se los follaba en la pista. No seas como Harden y cállate.
Si algo te enseña el deporte es que ayer da igual, que solo sirve para alimentar tu ego. Y si estás hoy pensando en mañana, te pierdes cosas. Nadie vive de lo que pasó en el último partido, ganas cuando no lo quieres todo ahora, amando los básicos. ¿Cuándo fue la última vez que miraste el vídeo de un partido donde hiciste -5? Las piedras siguen ahí, aunque no apuntes hacia el suelo.
En Twitter pasa igual, a nadie le interesa tu reflexión viral de hace unos meses. Incluso rara vez lo que vomitas ahora en forma de lecciones. A Antony Randolph le importa todavía menos. El pájaro azul no es representativo de nada, pero actuamos como si lo fuera. Triunfa el que se adapta, el que no lo ve todo blanco o negro. Las batallas se eligen balanceando los extremos.
Me decía una jugadora: ‘cuando voy bien no estoy tan bien, pero cuando estoy mal no voy tan mal’. Pues eso. Que lo extravagante del resultado no mine lo que te trae hasta allí. Cuando miras atrás quedan otras cosas. El que te dice que disfrutes del baloncesto no ha tocado una pelota en su vida. En cuanto se convierte en trabajo deja de ser divertido, pero te expones a escenarios que sí lo son.
Busca un idioma con el que comunicarte, nadie puede modificar tus verbos.