¿Profesional? ¿qué significa ‘ser profesional? ¿lo decides tú en base a tus características o en base a lo que crees que deben hacer las demás personas? Igual que ya he hecho con otros términos, el palabro ‘PROFESIONAL’ se une a la (larga) lista de definiciones prostituidas y que únicamente utilizamos en base a lo que nosotros (yo) consideramos que significan. No sé cómo lo veis, pero creo que a veces tenemos encuadernada la profesionalidad.
‘Hay que ser profesional’ ‘Es que no eres profesional’ ‘Busco mucha profesionalidad’
¿Cuestión de sueldo?
Uno de los factores que pueden decantar la balanza podría ser la cantidad de ingresos de esa persona. Es decir, a más dinero, más profesional voy a ser (profesionalidad percibida). Esto es una idea que lleva siendo inherente a la sociedad desde que existen las personas. Si tengo un sueldazo soy dios, aunque luego algún que otro malestar me esté comiendo por dentro. Porque recordemos que la profesionalidad depende de los demás, no de ti (Marge, pretendía ser sarcástico). ¿Quién decide el nivel de ingresos necesario para ‘ser profesional’? ¿se puede ganar mucho dinero y no ser profesional? ¿es más el dinero o la ‘calidad de vida’ aparente que generan esos billets?
¿Está ligado al trabajo?
Hay desempeños que ya generan profesionalidad de por sí, pero supongo que se podrá ser poco profesional en un aura intocable de ‘profesionalidad’ (vais a acabar hasta los c*****s de esta palabra). Voy a lo siguiente, quién es profesional ¿el puesto o la persona? ¿el desempeño o ‘lo que se aparenta’? ¿Habrá barrenderos más profesionales que CEOs? (no malinterpretéis la pregunta y entended de lo que hablo). Aquí entra en juego uno de los grandes favoritos de mi colega Diego Ruano, el efecto halo. Os recomiendo que le echéis un vistazo para ver las malas pasadas que nos juega. Os spameo y así tenéis una pequeña idea para empezar (de nada Dani).
¿Factor personal?
Entonces puede estar relacionado con la personalidad y aquellas conductas que realizamos en ciertos contextos donde se evalúe este factor. Estas conductas terminarán por ser ‘etiquetadas’ como profesional o no. Ahora bien ¿en qué situaciones estás evaluando la profesionalidad de una persona? ¿Se puede ser ‘mala’ persona y ‘buen’ profesional? Es conveniente evaluar hasta qué punto extrapolamos las características de una persona en un contexto (laboral en este caso) a otro (personal) cayendo de lleno en el efecto halo que he comentado más arriba. Es complicado no hacerlo, y por eso vemos casos comunes como diagnosticar a Pedro Sánchez como psicópata mientras declara para los medios. Yo mismo soy consciente de que soy una persona bastante diferente cuando juego, comparado con cómo lo soy en mi día a día. Adictos a opinar, básicamente.
Resumiendo, nos debemos preguntar si existe la profesionalidad como tal. Como aspecto inamovible, estable y evaluable, cortado para todos por igual. La respuesta obviamente es NO. No existe la profesionalidad como tal. Lo que sí existe son aquellos comportamientos que conforman mi idea de lo que un buen profesional debe ser. ¡Procedo a entrar en bucle! ¿Qué características son esas? Que se esfuerce, que trabaje bien en equipo, que sea humilde, que sea proactivo. Pero entonces ¿Qué significa esforzarse mucho? ¿y trabajar ‘bien’ en equipo? ¿en función de qué factores una persona es proactiva o no?
El contexto chico, it never lies.
Para acabar vuelvo sobre uno de los All Star de la Psicología… y de lo que no es Psicología. Efectivamente, la influencia del ambiente para TODO: opinar, conocer, debatir, hacer terapia… siempre está ahí, pero es obvio que muchas veces no es tenido en cuenta como se debería. Somos expertos en polarizar, las redes sociales e internet en general tienden a, de manera habitual, provocar en nosotros un constante movimiento entre el negro y el blanco y el sí o el no. Entonces, dejémoslo en que la profesionalidad es otro término, como podría serlo el liderazgo, evaluado y etiquetado en consecuencia en función de definiciones y concepciones personales. Creo que parte de la riqueza del lenguaje y la comunicación reside en esto, términos y nomenclaturas que dependen de tantos factores que sería injusto y arriesgado darle una definición cerrada sin caer en el ‘depende’. Pero está claro que en más ocasiones de las que nos gustaría supone un motivo de conflicto en lugar de una razón para desarrollar un escepticismo sano mientras nos quedamos en el simple hecho de escuchar.
No sé si me estoy explicando. Está claro que a la hora de ‘evaluar’ la profesionalidad de una persona, lo harás en función de esas conductas que para ti implican ese término, no vas a ir primero a preguntarle que qué significado tiene para él ‘una persona profesional’. Pero el caso está en que conozcamos, primero, el entorno sobre el que estamos hablando/opinando/evaluando a esa persona en concreto. Me lo llevo al aspecto deportivo, por ejemplo: Si solo veo a un jugador en un contexto de entrenamientos/partidos seguramente me esté precipitando si lo califico como vago, ambicioso o egoísta, lo podrá ser en ese marco, pero si generalizas, te equivocas amigo. Por eso gran parte de la base en la gestión de equipos está en el conocimiento personal de los que forman parte de ese colectivo. Es una responsabilidad identificar y entender qué aspectos funcionan con unos y no con otros, por eso quien avanza en esto saca partido de los equipos. Y con equipos me refiero a clubes, empresas, gimnasios, centros de fisioterapia o nutrición…
En definitiva, todos aquellos que estén formados por PROFESIONALES.
PD: del 8 al 11 de junio tendré el honor de organizar las segundas jornadas de Psicología y Baloncesto. Estarán, junto a mí, 10 grandes PROFESIONALES de estas dos disciplinas. Tenéis toda la información en este enlace.
Os espero a todos, GOATs