No es ninguna barbaridad decir que el deporte se encuentra en una época dónde las preguntas sin respuesta no paran de aumentar. Todo esto en el grueso de las competiciones claro, donde la mayoría estamos porque nos cuesta entender la vida sin tocar una pelota. Parece que tendremos que seguir aceptando que ese balón puede no venir. En cualquier caso, el miura de la incertidumbre sigue acechando.
No vengo hoy con idea de ponerme tremendo, que para eso ya está Twitter. Justo al contrario, quiero creer que hay maneras de estar preparado para ciertas etapas y que nunca es mal momento para defender y dar más valor a la disciplina de la que formo parte ACTIVA. La Psicología. Un claro y aplicable ejemplo de cómo prepararse ante este futuro incierto es el que aquí presenta mi amigo José Luis Sordo. Si PLANIFICAR ya era básico antes, ahora es indispensable. No dejéis de leerle.
Pero es que también es buen momento para conocer que la ‘REALIDAD’ que acarrea el deporte es totalmente perceptible e interpretable de tantas maneras como componentes estén presentes en un contexto o acción. Es decir, el COMPONENTE SUBJETIVO es demasiado grande como para andar estableciendo verdades inamovibles o decisiones detrás de muros de cemento. Sino que se lo digan a Mou y a Danny Rose en este vídeo que compartió mi compañero Rafa Mateos (echad un ojo a los contenidos de TYM Psicología) hace un par de días: ‘esa es tu perspectiva’.
Tantas historias y opiniones paralelas hacen que el alivio a corto plazo traído por una descripción convincente parezca agua de mayo. Andar lanzando causalidades a diestro y siniestro genera esa percepción de control que se aleja mucho de una eficacia plasmada en el aprendizaje y en el rendimiento. Me explico.
Por ejemplo, ¿qué significa SER COMPETITIVO? … I’ll wait.
Quizás podríamos decir algo así… ‘Desde un prisma DEPORTIVO serían aquellas características o desempeños realizados por un jugador, jugadora o equipo y que le hacen adoptar ese rasgo concreto en cierta situación o conjunto de situaciones mantenidas en el tiempo’
Aquí necesitaríamos seguir definiendo e identificando bastantes aspectos. Por lo pronto, esas características que se situarían dentro de la etiqueta ‘competitivo’, así como en qué CONTEXTO deberían o no aparecer. Hay que tener en cuenta que describir un RASGO del comportamiento es precisamente eso, una DESCRIPCIÓN. Nada más. Os sonará de algo este tipo de conversaciones:
- ¿Por qué el equipo no gana?
- Porque no somos competitivos
- ¿Por qué no somos competitivos?
- Porque no ganamos.
Exacto, como andar en círculos. Desgrano otro ejemplo en este post sobre la PROFESIONALIDAD.
Estas son las clásicas EXPLICACIONES CIRCULARES en las que fácilmente se cae a nivel deportivo. Pero claro, no hay que olvidar que ‘somos lo que hacemos’ y no al revés. Aquí lo explican genial los compañeros de Conducteam.
Entonces ¿qué se necesita para una CORRECTA APLICACIÓN de la psicología al deporte?
- Observar
- Describir
- Predecir
- Modificar
Es decir, lo que nos lleva de los dos primeros pasos a los dos últimos es el proceso de transformar el ¿POR QUÉ? en ¿PARA QUÉ? Por eso necesitamos conocer qué implicaciones tendría ser un equipo o un jugador competitivo: la FUNCIÓN que representaría ese comportamiento concreto.
¿Qué utilidad está teniendo cierta CONDUCTA en un CONTEXTO dado?
¿Se mantiene en el tiempo?
¿Varía según la acción desempeñada?
Si queréis conocer algo más sobre las FUNCIONES de una conducta explicadas mediante el LIDERAZGO de Jordan podéis echarle un vistazo a este hilo.
Estas son algunas de las preguntas que debemos de hacernos para predecir y modificar. Sin ir más lejos, para generar un APRENDIZAJE y una mejora que te lleve a acercarte al RENDIMIENTO deseado.
Porque fijaos en este ejemplo. En el caso del baloncesto se trabaja con 12 jugadores que pueden interpretar cada gesto, palabra o situación de juego de 12 maneras distintas. Pero ese componente subjetivo es mucho más “entrenable” si se conocen las variables de las cuales esas conductas son función. Qué significado tiene para ese jugador la conducta que estás llevando a cabo como entrenador o cierta situación que viene presentada por un contexto dado. En pos de generar cualquier aprendizaje necesitamos estudiar la FUNCIONALIDAD de ese comportamiento, no la FORMA.
Por eso creo que, hoy más que nunca, es necesaria una PROACTIVIDAD extra para generar impacto desde el minuto 0. Las explicaciones rápidas son pan para hoy y hambre para mañana. Pero salir de ahí, como en muchos otros aspectos, es cuestión de trabajo. Tanto personal como colectivo. El comportamiento aplicado al deporte es muy complejo y se encuentra lleno de agentes partícipes que influyen constantemente en las variables. Por eso, muchas veces es importante pararse a identificar ciertos aspectos que el piloto automático tantas veces nos enconde.
Recordad, describir tu conducta y la de los demás es solo el primer paso. El deporte es mucho más profundo que eso, no os quedéis a medio camino.