

Posiblemente una de las capacidades que más valor ha generado a su alrededor, no siempre por su presencia, ha sido la de saber cuándo detenernos a observar. Acompañado de un fabuloso silencio, es complicado captar ciertos detalles si el ruido privado y externo es constante.

Es sin duda llamativo como en una época de constante contacto virtual hay situaciones que para nada reflejan lo que luego se traslada, no solamente a la vida real, sino a las prioridades a nivel social. En este caso no os engaño si os digo que el interés percibido por el colectivo deportivo en torno a la Psicología difiere mucho y demasiado con la materialización real de esa curiosidad.

La idea de realizar este post viene de una reflexión a la cual le vengo dando vueltas (de más) estas últimas semanas. Soy consciente de que el carácter extremo de este momento nubla constantemente los matices y los grises de una realidad que no deja de estar ahí, como en muchas otras situaciones. Partiendo de la base de que la Psicología se encarga de estudiar el comportamiento, teniendo en cuenta variables, contingencias y ambientes, me pregunto lo siguiente…
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